sábado, 19 de octubre de 2019

19 de Octubre 2019

Me siento dentro de una burbujita muy frágil mientras afuera todo es caos, peligro, un ruido parejo, esta ciudad tan grande y desconocida, me pregunto qué hago aqui. Todo iba demasiado normal, demasiado lineal, y de a poco nos fue invadiendo un sentimiento de angustia. Nadie lo decía, lo veíamos en nuestras miradas, quisimos hacer caso omiso, todo iba demasiado bien. Me pregunto si realmente mi trabajo y mi razón de crear ha de culminar en los espacios de lucha como el que sucede ahora, en vivo y en directo. Si doy la vida por el arte, después de todo, o si me quedo en la sala haciendo retratos contemplativos de la realidad incambiante que habita el colectivo imaginario. Me pregunto si mi revolución individual deja de merecer ese nombre cuando se desvela en forma de escalofrío y resulta no haber sido una elección sino mas un estado forzoso de mi condición. ¿Cómo calcular el momento de la organización para hacer mi participación en comunión con lo y les que me convocan? ¿No han de enseñar eso en la escuela, más que fríos cálculos encapsulados en un microambiente tan inútil, tan estéril de la verdadera fuente de la vida política? ¿Qué clase de vida llevo, cómo sorprenderse del vacío solitario si me reconozco ajeno a ese ímpetu que todes parecen compartir como premisa de la vida misma? ¿Es hedonismo, o realmente solo estoy recurriendo al mecanismo que me mantendrá sin el superfluo sufrimiento que me caracteriza y que parezco conocer muy bien, sabiendo que obstaculiza en la lucha cuyo rumbo estoy siempre gastando todo mi esfuerzo en mantener?