martes, 10 de mayo de 2016

Martes, 10 de Mayo, 2016

Una vez más, como me pasó muchas veces antes de decidir que esto sería un blog personal, la flojera me invade y me impide actualizar la página. Es necesario para la constancia, sin embargo, asique hoy después de una siesta incapacitante, me obligo a mí misma a escribir las trivialidades de mi vida.
De qué te perdiste:
De jueves a viernes tube dos sueños bastante extraños. El día en que transcurria mi sueño era el día de la gala de graduación, eran las 9 y tenía una hora para conseguirme un vestido y un par de zapatos decentes. Era todo estrés y conchetumadres. Les explicaba a mis papas que teníamos que salir altiro pal mall o alguna boutique y mientras ellos se preparaban, yo iba a comprar no se qué al Unimarc de la esquina con un compañero de curso a quien llamaremos Mario, porque le encuentro cara de Mario, y con quién he hablado a lo más tres veces en mi vida. Él me acompañaba de buen compi que era y yo usaba unas zapatillas con mucho taco (?) y me dolían mucho los pies en el camino. A la vuelta su polola, que en el sueño era el personaje de Jade de Victorious (muy celosa y agresiva), nos encontraba en el camino y me perseguía cual jabalí por haberle "quitado a su novio". Corría a mi casa con los pies hechos mierda y partía a comprar mi vestido. Nunca lo lograría. Iría a la graduación de chula ordinaria.
Luego estaba en mi pieza, justo donde había terminado el primer sueño, y tenía un bebé. Había quedado embarazada al parecer de el Espíritu Santo, y la guagua me miraba desde mi cama. Me provocaba en general ternura, pero me daban puntadas de verguenza terribles al pensar en cómo me cagué la vida y cómo no iba a llegar a ningún lado sin esa guagua en mi camino. E igual como en Teen Mom, mi mamá se asomaba cada quince minutos para ver si no había dejado a la guagua sola y si estaba haciendo un trabajo responsable como madre adolescente, como poniendome a prueba, a ver si asumía las consecuencias de mi error garrafal.
Ese día despues salí con el Jota, lo fui a buscar al Versluis y me gritaron varias veces. Cuando llegué allá mire pa todos lados y no veía a ningún negro con cara de guagua, asi que seguí caminando y un tipo que estaba ahí parado haciendo nada me miro de arriba abajo y me dijo "uy mami". Lo ignoré y seguí caminando, pero altiro me tuve que devolver porque no me quería alejar mucho, en cualquier momento llegaría el Jota, y a la vuelta el mismo tipo me grita "QUIERE LEÑA MAMITA, QUÉ SE DA TANTAS VUELTAS? PARA VERME MÁS?". Yo solo sigo con mi vida pero dejo acá testimonio de que esto pasa demasiado y estoy segura que no es solo a mí que me hace sentir como un objeto así tal cual y se siente asqueroso, no lo practiken chiquillos, no es nice.
En fin, ya voy alejándome del Versluis camino a mi casa, reflexionando sobre las cosas importantes de la vida, y el Jota me silva y lo abrazo y conversamos mil siglos hasta el anoshecer sobre todo tipo de cosas. Como a las 10 me wasapea la Thiare y me dice que vaya a su casa, y me da latita volver después asi que me auto-invito a dormir, pero antes la Coto, que no se llama así pero así le diremos, me wasapea también porque parece que ando cotizada (cosa que nunca pasa cuando me tomo el día libre y me aburro como ostra) y me pide que nos juntemos a hablar. Yo soy terrible para decirle que no a la gente asi que le avisé que estaba afuera del condominio y vino a conversar, y claro no sabía que estaba con el Jota, quizás que quería contarme algo privado o pedirme consejo, soy como la mierda, pero igual conversamos los tres unos veinte minutos y luego el negro me fue a dejar donde la Thiare, y se fue solito el pobre, pero llegó vivito según wasap, y según él no le importaba. El colchón de la Thiare es una maravilla, tantos años de dolor de espalda se disipan tan pronto... y vuelven a la noche siguiente.
El sábado en la mañana me fugué a las 9 de la casa de mi Thiarecita para ir a un programa de formación de danza, con toda la motivación porque estoy re guatona y había comido como chancha, y cuando llego a cambiarme a mi casa mi papá me ofrece llevarme. Me dio paja irme en micro asi que le dije que sí, y salí para atrás con fuerzas porque llegue 15 mins tarde y me dejaron afuera. A la mala aprendí que no hay que vivir con 0 pesos en el celular, y cuando mi papá estaba en el centro, tuve que volverme en micro, llegando a la misma hora que él. Hashtag sadlife.
No importa, me dije a mí misma, en la tarde saldrás a trotar con la Ale. Adivinen: no pasó. El domingo fue día de la madre y cumpleaños de mi abuelita, ni tonta, lasaña y torta no se hacen todas las semanas en mi casa, y esa es la historia de cómo llegué a estar como estoy, guatona, con celulitis hasta en la lengua pero feliz, porque volvió la temporada de obras de teatro en Conce y el jueves voy al sicólogo, después de haber esperado más de un mes para conseguir una hora. Me voy a acostar, ahí les cuento si al menos uno de los panoramas resultan. xox

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